Como un sonido que eriza cada poro.Como un temblor interno que te sorprende y agrada.La mano tibia, el corazón caliente y
los movimientos sincronizados con los latidos...
De los tobillos al cuello me vuelvo
enredadera, en un brazo que rodea en busca de sustento , al tiempo que me vuelvo cobijo.
Extiendo el brazo hacia tus sueños, como una larga almohada de sugerente estampado. Entre mi falta de memoria, mi ferviente hilaridad y mi dispersión un cajón para que guardes tus cosas y te vengas conmigo.
Transformaré la voz en escalera, los ojos en colchón, el abrazo en paraiso, la inspiración en piel, el suspiro en anhelo.Vuelvo a empezar.A empezar por tu cuello, a seguir por tus labios, a terminar por el principio y
volver a empezar.