Como un sonido que eriza cada poro.
Como un temblor interno que te sorprende y agrada.
La mano tibia, el corazón caliente y los movimientos sincronizados con los latidos...
De los tobillos al cuello me vuelvo enredadera, en un brazo que rodea en busca de sustento , al tiempo que me vuelvo cobijo.
Extiendo el brazo hacia tus sueños, como una larga almohada de sugerente estampado.
Entre mi falta de memoria, mi ferviente hilaridad y mi dispersión un cajón para que guardes tus cosas y te vengas conmigo.
Transformaré la voz en escalera, los ojos en colchón, el abrazo en paraiso, la inspiración en piel, el suspiro en anhelo.
Vuelvo a empezar.
A empezar por tu cuello, a seguir por tus labios, a terminar por el principio y volver a empezar.
1 comentario:
Jejejeje, no, si te parece lo copié, que como me mola esto de ejercitar las falanges...
Un besazo y felices fiestas!!
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