octubre 27, 2010

octubre 04, 2010

marzo 24, 2010

SubConSciente IndiScretO

Al habla el subconsciente de Sophia Loren...

- Antes, todos te miraban a ti y mírala. No le quitas el ojo ni tú. Pa´lo que hemos quedao.-

- ...Qué mala es la envidia...-



marzo 06, 2010

Ataque de nostalgia

El tipo era alto, aerodinámicamente delgado y con la nostalgia en metástasis.

Era agua lo que bebía, lo que para el guión cambiaremos a whisky, y me dijo un frase inspiradora:

'He visto a un delfín llorar'.

Aún si hubiese estado borracho, drogado, o todo a la vez, resultaba totalmente abrumador su discurso.

Tras hora y media de currículum versión narrada, había conseguido el trabajo de su vida, y así contado también de la mía: se dedicaba a nadar entre cetáceos. Monitor de buceo para turistas aventurados. Estaba contento.

Una tarde difícil de trabajo, con sólo tres turistas en todo el día, tuvo un momento de asueto entre delfines y tras jugar un rato miró a uno de ellos e hizo una reflexión a la que nunca había llegado. Pensó en su casa, en su colchón, y pensó en el océano abierto. En las noches de tormenta, en su colchón, en las noches de tormenta en la mar. En acurrucarse y en el océano abierto. Y no lo vio todo en el mismo mundo.

'No sé, no lo entendía. No podía haber tanta diferencia'.

Cuando salió de sus pensamientos y se dio cuenta que el delfín estaba leyendo su gesto. Se emocionó.

marzo 04, 2010

A tientas

Llego del frío buscando lumbre, recordando un verano para calentarme las manos, e inspirando el tacto de una espalda para animar el alma.

La desolación del radiador roto invoca a la primavera, como mis rodillas esperan poder andar desnudas. La melancolía de una gotera golpeando el suelo hueco enternece al más borracho, como el vaho de mi nariz me da una excusa para la autocomplacencia

Tengo el contraste al rojo vivo, la realidad en el congelador y mi flor de cobre dormida a oscuras.

A tientas, me pongo chulo con la oscuridad, con ganas de despertarla. Voy a acariciar las sombras hasta aprehender su tacto, sin miedo a perder el tiempo.

febrero 27, 2010

Saltos de página

Trata de una palabra que perdiste.

Se dejó caer desde un rincón de tu cerebro. Al principio le pareció divertido: tiró una letra y le sorprendió tu desorientación, tu inseguridad. Luego, confundió dos letras muy parecidas de sitio, como si te preguntases - ¿qué iba antes la b o la v?. Permaneció arrinconada, riéndose en silencio de tu reacción. No quiso salir.

Intranquilo la intentabas recordar intermitentemente con el paso de los días. Se quedó como estaba. Seguía teniendo su gracia para ella.

Como todos tenemos nuestros mecanismos, decidiste recurrir a algún sinónimo, y en caso de no existir, como en esta ocasión la diste por perdida. Fue ahí donde se descolgó de tu memoria.

Y ahora vaga sola. Merodeándote coqueta. Y tú, distraido, no has vuelto a prestarle atención.

Ahora salta de página en página. Del mismo color que las demás pero deseando estar subrayada, en cursiva, o en algún color fosforescente.