...nos gusta cruzar nuestros dedos de los pies. ¿Lo sabías? Yo lo sé.
Yo, no sé tantas cosas. Sólo veo algunas cuando tú estás de espaldas.
Las veo dibujadas en tu piel...
He visto la ciudad pararse en una lágrima tuya, la he visto hacer las maletas al sentir frío.
Tú sabes cosas que para mi son mareas,
corrientes desconocidas de agua dulce y salada.
Ni siquiera las puedo imaginar. Son para mi, como dar un abrazo dormido.
Nos gusta abrazarnos dormidos. Lo sé.
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