dueña de nuestra compresión y de los encuentros fortuitos.
Entre una lágrima tuya y una carcajada mía,
la esperanza de algún día dominar la situación.
Puede ser
una racha de viento de exótico aroma,
el roce de un sugerente tacto,
un sonido hipnótico,o un espejismo de un deseo cumplido
lo que desvie nuestra atención,
lo que nos aturda
hasta prohibirnos saber con exactitud qué es lo que ocurrió.
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