agosto 23, 2006

CuAnDo TiEmBlAn LaS mAnOs

Se relame la confusión,

dueña de nuestra compresión y de los encuentros fortuitos.


Entre una lágrima tuya y una carcajada mía,
la esperanza de algún día dominar la situación.

Puede ser

una racha de viento de exótico aroma,
el roce de un sugerente tacto,
un sonido hipnótico,

o un espejismo de un deseo cumplido

lo que desvie nuestra atención,

lo que nos aturda

hasta prohibirnos saber con exactitud qué es lo que ocurrió.

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