septiembre 13, 2008

VirgenciTa, ¡qué me quede como estoy!

Hace un mes empecé a darme cuenta.

Siempre que pasaba por mi calle había gente en un rincón. Gente ocupada. Estaban como observando algo. Llegué de alguna manera a creer que se trataba de unos lindos gatitos.

Nunca pude ver qué era realmente, pero por sus espaldas intuía que casi lo veneraban, ¿Cómo veía yo eso? Lo veía.

Hace una semana, volviendo de madrugada me asomé al rincón. A otras horas siempre hay alguien. Incluso ese que pasa, observa al otro y se queda igual de embobao. Ese también suele estar.

Por fin iba a dejar mi babilla caer por esas maravillas de la naturaleza que son los gatos pequeños(esta reflexión no es válida si piensas en los gatos cuando crecen, y además no te gustan).

¡No están! No pasa nada, ya los veré - pensé en aquel momento-.

Empecé a creer que me tomaban el pelo hace tres días. Me asomo de nuevo y nada. La verdad es que lo primero que sentír es un sentimiento de soledad. ¿Qué miran y porqué no lo comparten conmigo?

Tomé una decisión: conseguí una estampita de la Virgen de la Paloma (La Santa Madre nos Guarde en sus Oraciones...) y la puse en el rincón.

Hoy hay 15 velas encendidas puestas alrededor.
La verdad es que me empizo a asustar...

No hay comentarios: