silencio.
Tic, crujido, tictac,
silencio, muy sonoro,
tac, golpe, infinito.
Horas, más horas…-no-
minutos, ¿segundos?, minutos.
Y una eterna pesadumbre
y un ansia nerviosa,
una locura y unos ojos
a punto de estallar
a ritmo de un tictaca punto de estallar
lejano y a la vez asumido
como propio, como el reloj
de mi bomba interiorque primero hace tic
y acto seguido tac; tic.
La persiana cerrada
o abierta o medio cerrada
o medio abierta
o ninguna de las cuatro;
y miles de miradas
a la oscuridad, que, ¡paradoja?
nunca cambia
sin pretender yo su cambio
pero anunciando que tiene contadas
sus horas,
horas, minutos, ¿segundos? …
los tiene contados,
aunque no por mí. No, por mi no.
¡Qué etErna estrofa de tiemPo!,
derrumbándose en cascada con la sonoridad monófona
de la quietud de la noche,
de la inMutabiLidad de la oscuridad.
MascO desaZón, masCo
mis propias lágrimas,
yA deVoré mis pensamientos,
Ya alimenté mis perversIones,
yA consumí antigUos sueños
Y caduQué mis recuerdos;
ahora Tan solo me concentro
en la nada; en el TIC…
Si pudiera escupiría mi corazón
pero mis lágrimas y mis hipos
me tienen ocupado
en intentar sobrevivir...
pero mis lágrimas y mis hipos
me tienen ocupado
en intentar sobrevivir...
una noche más, ¡otra noche!, ¡no!.
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