febrero 26, 2007

eL GiganTe

Lo empecé a sospechar cuando le cambió la voz. Su madrina dejó de atosigarme con la pregunta para focalizar su atención en él. Total, yo ya era un caso perdido...

- ¿Ya tienes los huevos negros? - Una pregunta perfecta para la adolescencia, que combina el
rojo de sus mejillas con la incomprensión de las propias mutaciones.

Siempre ha sido grande de tamaño, pero ahora, ahora...
ahora quiere ser gigante. Y es tranquilo pero atento, no se moja si no lo necesita, es reservado (misterioso sin desear que eso provoque curiosidad).

Siempre que nos reuniamos todos, él era el primero en quitarse de enmedio.

Ya tiene que tomar decisiones, quiere ganar dinero, piensa en conducir. Aun me sorprende observar su sentido del humor...es que ocho años de vida compartida de diferencia son un juego óptico para la memoria.

Me hincho al saber que se define como el señor optimista, tiemblo al saber que ya puede contar tragedias cercanas. Me enorgullece su don de vocación, y saber lo que la vida, como acontecimiento terrícola, le ha cautivado siempre. Me sorprende su don de lenguas, y creo que a él también le sorprendió.

Ahora quiere una bata blanca para ser un héroe. No por ser héroe, sino por intentarlo. Todos deberíamos intentarlo alguna vez, todos los días.

Me ayuda sin oponer resistencia. Me abraza cuando lleva un par de dias sin saber de mi, me suele preguntar ¿qué tal va tu vida?...

- bien, ¿y la tuya?

- bien.
Y no nos sacamos ni una palabra más. Y sabemos si el bien es BIEN, o si es regular, o si nos sentimos perdidos.

Y tiene aun mucho que aprender, mucho que soportar. Tendrá que ver muchas muertes (¿lo sabrá ya?) y hacer del sufrimiento un estadio más.
Estoy deseando ver al gigante echar a caminar.

No hay comentarios: