febrero 28, 2007

eSpeRaNDo aL sOL

Las hadas se dan la vuelta en la cama,
las hormigas del arriate se desperezan,
mientras una gota de agua tibia golpea el espejo.

Me muerdo los padrastros
intentando abrir mi piel para que entre,
y recuerdo el atardecer
como un exfumador que recuerda su último cigarro.

Huele a cafe desde la cocina hasta el baño,
y los huecos de las persianas
parecen ojos curiosos esperando la luz.
Otra vuelta en la cama, buscando un poco de agua.

Las calles se desperezan y elevan su voz para llamar al balcón,
que desde fuera parece haber creado un mundo en una noche
al que se hace difícil abandonar a su suerte. Mejor defenderlo.

Se empiezan a abrir alas
justo despues de haber oido piar, esperando al sol.
Que vendrá solo, y solamente, para acompañarte,
en este día de invierno.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Esperar al sol es peligroso. Siempre cabe la posibilidad de que se retrase y amigo...se te queda cara de tonto. Prefiero que me sorprenda y pase sin llamar. Porque es ésa la única manera de que lo ansiado se convierta en una buena noticia inesperada. Y qué bueno cuando llega.
Da gusto leerte. Da gusto escribirte.