Recorro las calles buscándote con el rabillo del ojo
sé que no estás aquí y sin embargo
aparece el recuerdo de tu sabor y se me erizan los sentidos.
Un deseo irrefrenable de ti me provoca sueños en la vigilia,
una necesidad inigualable de tenerte,
de encerrarme contigo lejos del mundo.
Oigo tus susurros,
aunque no los hagas, aunque no pueda oirlos
y la locura comienza a elucubrar sobre cómo encontrarte...
dónde,cuándo...
Te vestiré de mi piel en un abrazo vertical,
horizontal me envolveré en tu sabor
mis labios serán tu cama,
tu cama mi sueño mientras duren
estos sudores frios por colarme entre tus besos,
este pulso tembloroso por el próximo encuentro.
Le pido a la luna que nos concierte el próximo encuentro,
que sea pronto y dedico el tiempo restante a recrear mis ganas de ti.
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