Voy a escribirle a la noche
letras
que se duerman al ser escritas.
Todo, aún por florecer,
tanto por llegar
y una paz intensa
para disfrutarlo a solas.
Voy a escribir a esta noche placentera
letras que no se le olviden,
que la hagan aún más plácida.
Cuantas noches me habrán pedido
letras dormideras
y no las habré escuchado,
agitado por malquerer a soledad.
Esta noche se merece
todo aquello que no pide
y que estoy dispuesto a susurrarle.
Que pasen cien años
y vuelva a encontrarme esta noche,
amarrada a una luna sigilosa,
que quiero volver a inhalarla.
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