No está en nuestro circo por sus seis manos, por tener la cara llena de ojos, ni por la repulsión que pueda provocar su cuerpo lleno de extraño pelaje. Él viene libremente por las defecaciones de las fieras y al acabar el número baja a darse el festín.
El hombre mosca tiene muy mal carácter, si le oyen zumbir, salgan lo más silenciosamente posible de la carpa. En el último espectáculo confundió un Channel nº13 con un insecticida y en el momento que la voluntaria metía su cabeza en la boca del león, el hombre mosca mordió los genitales del león obligándole a apretar los dientes.
Se cree el dueño de este circo y si no le gusta el número del equilibrista se dedica a revolotear a su alrededor haciéndole precipirarse al vacío, o al menos eso pasó con los últimos 7 equilibristas. Por cierto que, a la salida, encontrarán una pequeña hucha por si quieren contribuir a la compra de una red.
Al hombre mosca no le gusta el dinero, los lugares lujosos, el sol o el aire limpio. Odia las fregonas y los dueños de perros concienciados con la urbanidad. Es capaz de todo por coseguir lo que desea. Sólo se ríe si los payasos acaban con la cara llena de tarta.
Al hombre mosca lo único que le falta es un espectáculo en este circo para terminar gobernando el mundo.
1 comentario:
qué miedo que haya gente así por este mundo... ;)
Publicar un comentario